domingo, 29 de julio de 2012

171. Las bodas del Rey Pólipo (Marcha prenupcial)


(Marcos emite el sonido de una cotorra y Daniel lo mira extrañado)

Marcos Mundstock: Disculpeme, pero me sobró de la canción de antes. Es curioso lo que le pasa a usted, que se siente igualmente angustiado en la soledad del campo y en la alienación de la ciudad; eso es un síndrome qu está descripto... un síndrome psicoanalítico. Aunque en la realidad, las distintas escuelas tienen distintas opiniones se llama: "De introyección territorial". O sea, usted interpreta el contexto de una manera hostil, agresiva. Se convierte... introyecta una impulsión... ¿Cómo se lo explico? ... A usted no hay ámbito que le venga bien. A usted, ahora, sobretodo ahora que tiene que hacer esta tésis, que no le sale, que está como detenido, como obstruído, le gustaría ser como esos artistas de la antigüedad, a usted le gustaría ser como los trobadores trashumantes, los cómicos de la legua, los juglares del medioevo.
Daniel Rabinovcih:  ¿Los castrati?
Marcos Mundstock: No, medioEVO.
Daniel Rabinovich: No, no me gustaría nada ser así. No, a mi em gustaría ser como esos compositores que componían y tocaban para el rey, y vivían en el palacio, eran mantenidos, ellos no se tenían que ocupar de nada.
Marcos Mundstock: Si, si. Pero tenían que componer exactamente lo que les obligaban, les ordenaban, no podían crear, no podían volar... les coartaban las quimeras.
Daniel Rabinovich: Como a Los Castrati.
Marcos Mundstock: No. A ver, les coartaban el libre albedrío.
Daniel Rabinovich: ¿También? Justamente estuve estudiando un personaje de Mastropiero: el Rey Pólipo, "El Maligno". Que mandó a cortar la cabeza de varios músicos y poetas de la corte, está en su ópera, las bodas del Rey Pólipo.

Carlos López Puccio: Permiso majestad
Daniel Rabinovich: Pase
Carlos López Puccio: Permiso
Daniel Rabinovich: Pase
Carlos López Puccio: Permiso 
Daniel Rabinovich: Pase, dije
Carlos López Puccio: Majestad, ya ha llegado su prometida, la princesa Bicisenda... la mujer que el consejo eligió para ser su esposa, la que nos dará un príncipe heredero... y, con todo respeto, majestad, con inmenso respeto, ya nos hemos comprometido a componerle una canción de bienvenida.
Daniel Rabinovich: Espero que sea buena, lo deseo por vuestra salud "cuéllica". ¿Qué tal es ella?
Jorge Maronna: es joven, bella, atractiva.
Daniel Rabinovich: ¿Es tan hermosa como dicen?
Jorge Maronna + Carlos López Puccio: Si, si, majestad
Carlos López Puccio: Es muy, muy, muy, muy hermosa
Daniel Rabinovich: Dime más
Jorge Maronna: Es... hermosísima.
Daniel Rabinovich: Más...
Carlos López Puccio: Es una potra.
Daniel Rabinovich: Mucho cuidado con lo que dices,  estás hablando de mi futura esposa. Una insolencia más y te hago cortar la cabeza. Describe su belleza.
Carlos López Puccio: No encuentro palabras, su majestad.
Daniel Rabinovich: ¿Es atractiva?
Jorge Maronna: Si. Ehhh... ¡No!
(Puccio le hace señas comunicándole que le cortará la cabeza y Maronna cambia la respuesta)
Daniel Rabinovich: ¿Dices que no es atractiva?
Jorge Maronna: Ehh, más o menos.
Daniel Rabinovich: ¿Es femenina?
Carlos López Puccio: Más o menos.
Daniel Rabinovich: ¿Dices que mi prometida no es femenina?
Carlos López Puccio: (Asustado) Si... si, majestad, enseguida se nota que es de sexo femenino. Tiene un "No se qué"
Daniel Rabinovich: ¿Nada más?
Carlos López Puccio: Tiene 2 "No se qué"
Daniel Rabinovich: ¿Cómo osas proferir una insolencia tan grande?
Carlos López Puccio: ¿Grande?... ¡No! No hablaba del tamaño, majestad, ¿eh? No, no, no
Daniel Rabinovich: ¡Basta! Háblame de su belleza interior
Jorge Maronna: Majestad, yo apenas me atreví a mirarla por afuera.
Daniel Rabinovich: De su belleza interior...
Carlos López Puccio: Usa unas bombachitas preciosas
Daniel Rabinovich: ¿Qué dices?
Carlos López Puccio: ¡Rosas!
Daniel Rabinovich: ¡Animal!
Carlos López Puccio: ¡Azules!
Daniel Rabinovich: ¡Te mataré!
Carlos López Puccio: ¡No usa nada! ¡No usa nada!
Daniel Rabinovich: ¿No usa nada? ¿Seguro?
Carlos López Puccio: ¡Si, seguro, yo le miré todo, majestad!
Daniel Rabinovich: ¡Oh! Ha llegado la princesa Bicisenda, ya está en el balcón de las prometidas. Comenzad a tocar la canción, hacedle creer que yo soy bondadoso porque sino no se querrá casar conmigo... Hacedla caer en mis brazos. 
Jorge Maronna: No, pero es que es muy alto.
Daniel Rabinovich: ¡Metafóricamente!

Carlos López Puccio + Jorge Maronna:
Bienvenida a esta comarca
Sabiamente has elegido
como futuro marido
a nuestro amado monarca

Nuestro rey se hace amar
es un rey extraordinario
Y si fuera necesario
estaríamos dispuestos a morir en su lugar

Carlos López Puccio:
Creemos que tu beldad
hará del rey un demonio
Temíamos que su ancianidad
impidiera el matrimonio

Jorge Maronna:
Bendito sea este día
en que te vas a casar
En la corte nadie creía
que alguna pudiera aceptar

Carlos López Puccio:
Es que el rey, hay que confesarlo,
ya no es lo que era antaño
Pero tú trata de imaginarlo
hace 60 años

Jorge Maronna:
Se nota que su majestad
rejuvenece cuando te ve
Normalmente, por su edad,
le cuesta mantenerse en pie

Carlos López Puccio + Jorge Maronna:
Nos vas a seducir con tu atuendo
en las fiestas más pomposas
Cuando aparezcas vistiendo
solo tu bombachita rosa.

En la alcoba, como un as, vas a lograr
Encender al septuagenario
Y si fuera necesario
Estaríamos dispuestos a ocupar su lugar




Transcripción realizada por: Laura Marcenaro

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