sábado, 9 de junio de 2012

161. Los milagros de San Dádivo (Cantata opus 0800-DADIVO)

Marcos Mundstock: A propósito de “Gran Hermana” recordemos que como música de fondo se escuchaba la cantata de Mastropiero “Los milagros de San Dádivo”, que veremos a continuación para adornar nuestra fiesta. Leeremos a propósito un breve comentario extraído de la biografía de Mastropiero. Dice así:


Después de siglos de predominio de la Iglesia Oficial, últimamente han surgido nuevas religiones, cultos que utilizan modernas técnicas para captar feligreses: programas de televisión, música juvenil, promotoras con minifalda, promotoras sin minifalda. Ante semejante avance, la iglesia se ha visto obligada a modernizarse para poder competir. Por ejemplo, ciertas parroquias ya ofrecen ventajosos planes de “Limosna Prepaga”, y otras impulsan nuevos santos patronos para distintos sectores sociales, bajo el lema “cada santo con su target”. Asimismo los curas franciscanos siguen ayudando a pobres y enfermos, pero le han cambiado el nombre a San Francisco de Asís: le han puesto San Francisco de Assis...tance. También la orden de los benedictinos se ha asociado con los monjes capuchinos para atraer mayor cantidad de fieles; a la entrada de algunos conventos ya puede leerse: “Capuchinos y Benedictinos, Café y Licores”.


Un caso interesante es el de San Dádivo Magnánimo, que hace un tiempo no figuraba en el Santoral, y ahora es el Santo Patrono de los empresarios. Su auge ha inspirado a Mastropiero la cantata “Los milagros de San Dádivo”, que escucharemos a continuación. El protagonista, un prestigioso empresario, le reza a San Dádivo en presencia del coro de la iglesia.


CORO:
Con nuestra fe y nuestro canto
y nuestro deseo de ayudar
los fieles pueden lograr
comunicarse con el Santo


Marcos Mundstock: ¡Ayúdame!


CORO: ¡Ayúdalo, San Dádivo Magnánimo!
Jorge Maronna: ¡Pobre entre los santos!
Carlos Núñez Cortés: ¡Santo entre los santos!
Carlos López Puccio: ¡Pobre entre los pobres!


Marcos Mundstock:
¿Yo?... ¡Entre entre los entres!


San Dádivo vengo a suplicarte
porque estoy en crisis
quiero que aumentes mi fe
quiero que aumentes mi fortaleza
y quiero que aumentes las ganancias de mi empresa


Marcos Mundstock: (gimiendo e implorando)
San Dádivo, por favor ayudame, ayudame … bueno, perdoname que te tutee. Lo que te tengo que pedir en realidad es bastante sencillo. Mirá, nosotros necesitaríamos que el martes que viene, en el mercado de valores de Tokio... ¿me vas siguiendo, más o menos?... que en el mercado de valores de Tokio hagas descender abruptamente la cotización del Yen, y te explico por qué: porque resulta que el martes, es el vencimiento de todos nuestros bonos de países emergentes, entonces nosotros habíamos pensado...¡escuchá porque es fantástico!...rescatamos todos los intereses y el capital en dólares, pasamos todo a Yen, que vos habrás bajado convenientemente, al día siguiente subís el Yen otra vez a su nivel, y nosotros hacemos una diferencia de 50 millones. Para vos es un milagrito relativamente fácil, y a nosotros, la verdad es que nos das una mano importante. Lo único que sí necesitaríamos saber, si estás de acuerdo con lo que te estoy pidiendo, es alguna señal, algo de conformidad, como para saber a qué atenernos, ¿no?, porque esto es un asunto serio, no sé, no sé como se manejan ustedes..., no sé, alguna señal luminosa, auditiva, algún mensaje de texto, digo porque los mensajes de texto llegan en un “santi-amén”... digo... alguna señal, San Dádivo, algo como para saber... ¿San Dádivo? No, nada, ¿eh?, le ruego, le ruego...¡cómo le gusta hacerse rogar!


CORO:
No debes ser impaciente
ya te atenderá a ti,
ahora está con la gente
del FMI


Su deseo de ayudar es casi mítico
quiere ayudar con tanta ansiedad
que en una oportunidad
le devolvió la vista a un paralítico.


Marcos Mundstock: ¡Respóndeme! ¡Respóndeme!


CORO:
Es raro que no responda
debe haber algún problema
Carlos Núñez Cortés: tal vez vacile
Carlos López Puccio: tal vez dude
Jorge Maronna: tal vez se ha caído el sistema


Marcos Mundstock:
Respóndeme
Yo soy un usuario nuevo
pero te juro que tengo fe
He encontrado tu luz
navegando por Internet
Respóndeme


(suena el teléfono celular)


Marcos Mundstock: ¿El Santo? ¡No, no puede ser! ¿San Dádivo? ¿Qué pasa, García? Bueno no, hablamos después, ahora no puedo hablar, García, estoy en una negociación importante. No, no es un banco, no... ¿qué se yo?, es... es una multinacional. Ahora no puedo, García, hablamos después.
(corta)
¡Por favor San Dádivo, dame una señal!
(suena otra vez el teléfono celular)
¡García!, no le dije que... ¡San Dádivo! ¡Sos vos, San Dádivo!


CORO:
Se siente a San Dádivo llegar
Se siente su presencia imponente
se siente que ya llega a este altar
¡se siente, se siente!, ¡el Santo está presente!


Marcos Mundstock: ¡San Dádivo! ¡Qué emoción! no encuentro palabras... Y, ¿escuchaste lo que te pedí?… ¿cómo? ¿va a haber algunos gastos? ¡ah!, está bien, donaciones para el Patronato de San Dádivo, limosnas para la obra de caridad. Sí, no te preocupes, si me hacés el milagro que te pido, va a haber dinero para todo. ¿Cómo las donaciones por adelantado? Sí, entiendo... primero la limosna, después el milagro ¿Qué le pasa?, ¿desconfía de mí?


Carlos Núñez Cortés: Y...cuando la limosna es grande, ¡hasta el santo desconfía!


Marcos Mundstock: No, pero escuchame, no, no es mala voluntad, lo que pasa es yo no dispongo de efectivo. ¿Cómo hago para justificar el gasto ante el Directorio?, ¿qué pongo?, ¿erogación en concepto de soborno litúrgico? ¡Ah!, ¿un adelanto y el resto cuando me hacés el milagro? Ah... eso puede ser. ¿Pero un adelanto de cuánto? ¿Para arreglar el órgano de la iglesia?, esperá, porque justo vengo del banco y saqué un dinero para pagar unos sueldos. Tengo cinco mil... ¿te parece que alcanzará? ¿sí? ¡fantástico!, listo, trato hecho, ¿y cómo hago?, ¿se lo dejo a los muchachos del coro? Esteee... ¿me darán algún comprobante? Ahá, todo negro... bueno, no, no, está bien, está bien, estoy acostumbrado. Bueno, fantástico San Dádivo, la verdad, estoy contentísimo de haber hecho este trato con vos. Un día de estos tenemos que juntarnos para comer, ¿eh?. Bueno Dádivo, un gustazo, chau, saludos a la patrona ... ¡a la Santa Patrona! (corta)
(al coro) Muchachos, esto es para los arreglos del órgano, yo ya hablé con el santo, ustedes me dijeron que ya saben. Bueno, la verdad es que estuvieron geniales, les agradezco mucho, gracias por todo, hasta luego.


CORO:
Por fin habló con el santo
y todo este dinero le pudimos quitar
con nuestra fe y nuestro canto
(entra Daniel, riéndo y festejando, con un celular en la mano)
... y con nuestro teléfono celular.






Fuente: Los Luthiers de la Web

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