domingo, 20 de mayo de 2012

Il figlio del pirata


PRIMERA PARTE:


Relator (en off): En toda Sevilla se murmura que el peregrino de Flandes, que desde hace un tiempo ronda las calles bajas de la ciudad, oculta sus intenciones y hasta miente respecto de su origen. Un misterioso gitano ha predicho que algo extraño ha de acontecer en Sevilla, en consecuencia, no sería nada raro que el peregrino fuera Rafaello de Cremona, y que su gran sombrero fuera una prenda a la vez sobria y elegante para disimular su verdadera identidad. En el castillo del Conde Salvador nadie presta oídos a tales habladurías. La Condesa Antonina observa la tormenta que se avecina y se sume en triste recuerdos. Evoca la noche en que un pirata intentó seducirla y el terror la estremece. Luego, el deshonor y un hijo, fruto de esa unión perversa, y el pirata que huyó riendo y el hijo que le fue robado y el Conde generoso que se unió a ella olvidando su pasado. Solo el recuerdo del hijo perdido empaña la felicidad de la Condesa junto a su esposo y a Bonifacio,hijo de ambos, legítimo. Rosendo, enigmático servidor del Conde, aparentemente fiel, con el pretexto de servir a la Condesa vigila los movimientos de ésta.


(Entra Rosendo y echa una rápida mirada a los personajes, luego hace mutis)


Antonina: La tempestá é vicina... é vero.


(Cruza la escena un rayo de utilería, sostenido por uno de los músicos)


Antonina:
¡Caracoles! ...domani no avrá sole.
¡Ah!, povera Antonina, ¡ah!, povera Antonina


Ricordo quella notte
en que fui disonorata
per uno crudel pirata
y desde entonces tremo de pavor.


Nada sé del figlio amato
si está vivo o ben si é morto
si es alto, o bien si es corto
si es nariguto... o ñato.


Él pensará en sua madre
quella que lo ha parito
piangendo el pobrecito
despedazato il cuor


Ay, mamá, que noche aquella
en que al mondo me lanzaste
mas no fue culpa mía
fue culpa de un pirata
e dopo el gran canalla
ridendo, ridendo, se rajó
oh, oh, ridendo se rajó


(Entra el Conde Salvador)


Salvador:
Esposa mia amata
¿que fate qui sentata?


Antonina: nata


Salvador:
Rispóndeme, parlate
y calma mia ansietate


Antonina: ¡Andate!


Salvador:
Tanto dolor rivela il tuo sembiante
que ya non voglio que me parli más
lo indovino al vederti por delante
lo capisco al vederti por detrás


Los dos:
Por detrás, por detrás
entran las palomas en el palomar
¡Ay, ay, ay! ¡Ay, ay, ay!
desde aquí las veo repichonear.


(Suenan golpes a la puerta del castillo)


Los dos:
Chito, silenzio
la porta ha suonato
chito, silenzio
perché suonará
Será algún caminante
que se quiere albergar
Será algún caminante
que se quiere albergar


(Entra Bonifacio)


Bonifacio: ¡Padre mío!


Salvador: ¡Oh!, ¿qui viene?


Antonina: Es tuo figlio, nostro nene.


Bonifacio: A la porta del castello hay un uom con gran capello.


Lo ha sorprenduto una tormenta
el se ha perdutto y se lamenta
el poveretto pide pasare
e un colchonzino per dormitare


Antonina: Noi siamo hospitalari


Bonifacio: Andate


Salvador: ¡Adelante!
Tu le farai, le honori a questo uomo,
io tengo que facer y me las tomo.




SEGUNDA PARTE:


Relator (en off): Antonina se apresta a brindar una hospitalaria recepción al peregrino que acaba de entrar. A su noble corazón poco importa que sea de Flandes o de Cremona, o que esté o no al servicio de la corte de Francia. Lo único que tiene presente es que sorprendido por la tormenta el peregrino busca albergue y allí está ella para dárselo. No se imagina, la desdichada, los episodios que se desencadenarán a partir de ese momento en su propio castillo. El Conde se ha retirado para preparar cierta excursión, sobre la que guarda absoluto secreto. Bonifacio, su hijo, deambula ensimismado por los salones del castillo. Rosendo, realiza una de sus enigmáticas visitas a la mazmorra. Antonina y el peregrino están frente a frente, a solas.


Antonina: Pasad sin complimenti


Rafaello: Io sono muy decenti


Antonina: Asiento poi tomate


Rafaello: Mi piace in la ensalata


Antonina: Explicate


Rafaello: Mi piace in la ensalata


Antonina:
Cual encanto com’é bello
e sua voce peregrina
al veder su gran capello
sua carpeta se indovina


Rafaello:
Es un angel tutelare
cual mia madre lo sará


Antonina: ¡Qué ventura!


Rafaello:
¡Qué piacere!
Si me viera mi mamá


Antonina: Si lo viera su mamá


Los dos:
Si me viera mi (su) mamá
Mamá, mamá, mamá


Antonina:
Giovinotto disgraziato
¿a tu madre hai conosciuto?


Rafaello:
No signora, fui robati
e per questo soy perduto


Antonina:
¡Ah!... mio figlio, cual sospetto
questo e providenciali
¿Tu non hai una señali?


Rafaello: Tres pelitos en el petto


Antonina: ¿Tres pelitos?


Rafaello: Tres pelitos


Los dos:
los tres pelitos del pecho
la señal, eran la señal, eran la señal.


Antonina: ¡Tu sei mio figlio!


Rafaello:
¡E voi mia madre!
Diteme ahora qual fue il mio padre


Antonina:
Il fue un pirata
que en mio castello
metió la pata


Los dos: ... metió la pata


Al fin te trovo (me trovas)
tu abraccio espero
y sin sombrero
io t’ameró
io t’ameró


Rafaello: ¡mamma!


Antonina: ¡figlio!


(Los dos se confunden en un abrazo y en ese momento entra Bonifacio, quien los sorprende)


Bonifacio: ¡Que vedo!




TERCERA PARTE:


Relator (en off): Bonifacio ha sorprendido a su madre y al peregrino en equívoca situación. Inmediatamente sospecha lo peor, es lo que pasa siempre. Le bullen en la sangre contradictorios impulsos de venganza y piedad, odio y misericordia. Frente a él, lo que cree el honor mancillado de su casa, su familia, su padre todo. En un instante desfilan ante su atribulada mente los días felices de su niñez, cuando su padre, el Conde Salvador, lo llevaba a navegar por el Guadalquivir y él se mojaba contento los pies; cuando su madre, a la que él cree en pecado, vigilaba amantísima sus lecciones de clavicordio. Inmediatamente compadece a su padre, el Conde, quien sin sospechar nada prepara su excursión secreta al servicio de, sabe Dios, qué noble causa. Siente que el instante en que sorprendió la terrible escena marcó la ruptura definitiva en su alma, de algo.


Bonifacio:
¡Qué vedo! Está abraciato
Sacá los pies del plato


Rafaello: Un altro


Antonina: Cierra el pico que questo é l’altro chico.


Bonifacio:
Si mio padre videra lo que yo he visto
Una en casa se armaba de Dios es Cristo


Subito darmi la explicazioni
de questo abraccio tan liberal
Si no al momenti
questi pendeji
senza pelleji, senza pelleji
se quedará


(Trio concertante)


Antonina+Rafaello: Ya la metimos, nos ha sorprenduto
Bonifacio: subito darmi
Antonina+Rafaello: E come un brutto nos castigará
Bonifacio: la explicazioni
Antonina+Rafaello: ma taci taci, e il mio (suo) fratello
Bonifacio: de questo abraccio
Antonina+Rafaello: un gran camelo se llevará
Bonifacio:
tan liberal
Subito darmi... etc.


(Suenan pasos)


Antonina: ¡Silenzio!, il mio marito


Rafaello: ¿Sará mi papaíto?


Antonina: No


(Entra el Conde con su uniforme de guerra)


Rafaello: ¡Ah, que figurone!


Bonifacio: T’ispanta il morrione...


Salvador:
Io sono il propio
que flor de opio


Antonina: El verte así me aterra


Salvador: perché parto a la guerra


Antonina: ¿a la guerra?


Rafaello: ¡a la guerra!


Bonifacio: ¡a la guerra!


Salvador: Sí, a la guerra


Los cuatro:
Mambrú se fue a la guerra
lirondón lirondón lirondella
Mambrú se fue a la guerra
no sé cuando vendrá


Bonifacio: (al Conde) Aspetate...


Salvador: ¿Qué?... parlate


Bonifacio: ... e un secreto ...


Salvador: rivelate


Bonifacio: escuchate...


Salvador:
(a la Condesa y al peregrino) ...retirate...
(a Bonifacio) e tú, explicate.


Rafaello: Io temo


Antonina: Al fin vedremo


Bonifacio:
Al peregrino osato
mia madre lo ha abracciato


Salvador: ¿e certo?


Bonifacio: ha un momento


Salvador: facciamo un escarmiento


Antonina+Rafaello: ¡Ay mi late troppo il cuore!


Salvador: ¿ma con qué la morte dargli a quel briganti?


Bonifacio: Administrarle una copa de espumante... convidargli


Salvador: ...giá comprendo...


Bonifacio: llamemos a Rosendo


(Entra Rosendo con una bandeja y dos copas)




CUARTA PARTE:


Relator (en off): Sevilla. En el castillo del Conde Salvador la tragedia se precipita. Antonina no se atreve a confesar al Conde que Rafaello es hijo de ella.... natural. El noble, cegado por el furor homicida, solo piensa en la venganza. Bonifacio deberá verter el veneno en la copa de vino. No sospecha el noble, que su hijo comprendió mal las instrucciones y se dispone a envenenar la magnesia. El peregrino, que no es otro que Rafaello, no el de Cremona, sino otro, sospecha que algo se trama en contra suya y piensa precipitadamente en comunicarse con un enviado secreto de Guillermo de Orange, precisamente el peregrino de Flandes, que parecía provenir de Cremona pero que verdaderamente resultó ser originario de Flandes. En esos momentos fallece el viejo Amati, víctima del dolor, y antes de que el profesor Freud pudiera arribar a Cremona. Simultáneamente, en un naufragio organizado por el Oscuro Personaje, perece el hijo adoptivo de Amati, quien no era otro que el jefe de los mercaderes trashumantes que se dirigían a los Países Bajos. Enterado el Oscuro Personaje, por boca de un viejo alabardero del rey de Francia que el hijastro de Amati era el heredero del sultanato de Irán, no tiene otra alternativa que inmolarse en el harakiri ritual de sus mayores. Rafaello de Cremona se ha retirado, a todo esto, de sus actividades de conspirador y vive apaciblemente en una villa cercana a Roma, rodeado por el reconocimiento de sus semejantes. Al mismo tiempo que el naufragio ocurre, y ominosamente a veces la vida real supera las ficciones más estrafalarias, el Juez de paz sevillano fallece, víctima de un extraño mal, invocando en su agonía con desesperación, a Antonio Stradivarius. En Viena, Segismundo Freud sigue dando conferencias pero su fama declina ostensiblemente y sus misteriosas teorías van cayendo en el olvido. Por el contrario el Corsario Negro no da abasto. Mientras esto sucede, los cuatro juglares han logrado vender el primer millón de códices, conteniendo las canciones levemente obscenas, Francisco I los condecora... y muere. El Corsario de Mauritania no es otro que el Corsario Negro. En Sevilla, en el castillo del Conde, el enigmático Rosendo espera los acontecimientos. El Conde Salvador ya no recuerda su misión guerrera al Levante, que en verdad es una misión de paz y acercamiento a las Indias Occidentales. Solo ansía dar muerte al peregrino. No sospecha el noble que un raro y trágico encadenamiento de sucesos se avecina.


Salvador:
Ofrezco este buen vino
a questo peregrino


Antonina: Infame ¿qué facete?


Salvador: ya lo vedrai... (al peregrino) bevete


Rafaello: mi sento algo escamato


Bonifacio: ben pronto habrá espirato


Salvador:
Bebed di questa copa
ilustre peregrino
bebed sin aprenzione
bebed...


Bonifacio: ... bebed...


Salvador+Bonifacio: bebió, bebió


Antonina: Mentecato, veneno bebiste


Rafaello: Maledetta, ¿perché no me lo dijiste?


Antonina:
Toma, toma, magnesia purgante
y el veneno del corpo saldrá


Rafaello: dame, dame...


Antonina: toma, toma...


Antonina+Rafaello:
y el veneno lanzato sará
lanzato sará, lanzato sará


Salvador: La magnesia m’ho bevuto


Bonifacio:
¡La magnesia! Sei perduto
¡En su fondo conteneva la menesunda!


Antonina+Rafaello: ¡Cielo!


Salvador:
¡Ah! Ya siento de la morte
sopra mi testa il braccio


Bonifacio: ¡Ay, padre!


 Salvador: ¡Bonifacio!


Antonina+Rafaello: ¡Signori!


Salvador: ¡Ahhhhh!


(Salvador cae muerto)


Antonina+Rafaello: ¡Crepó!


(Los tres entonan una canción fúnebre)


Bonifacio: (abalanzándose sobre Rafaello) ¡Venganza contra il pérfido!


Antonina:
Detente per pietá
e un altro figlio mío


Bonifacio: ¡mi hermano!


Rafaello: E veritá


Bonifacio+Rafaello:
Somos hermanitos
somos hermanitos
somos hermanitos
¡qué barbaridad!


Antonina:
Ascoltami un momento
voy a contarte un cuento:


Una infeliz giornata
mientras tranquila dormía
me sorprendió un pirata
y me hizo una porquería
Tu sei la amarga fruta (señalando a Rafaello)
di quella trapatiesta
e al verme assai perduta
il morto me desposó
¡Ah!


Rafaello: ¡Eh!


Bonifacio: ¡Ih!


Salvador: (desde el suelo) ¡Oh!


(Los personajes no dan crédito a sus oídos y repiten lo anterior)


Antonina: ¡Ah!


Rafaello: ¡Eh!


Bonifacio: ¡Ih!


Salvador: (reincorporándose)
¡Oh!
¡Poco a poco!


Los tres: ¡Vivo!


Salvador:
certo...
Escuché tu relazione
y en verdad hay confesione
que resucitan a un muerto


Io sono il pirata
il padre inhumano
io sono il pirata
que te deshonró


Bonifacio:
si viene per plata
il nuovo fratello
valiente camelo, valiente camelo
se lleva il bribón


(Cuarteto concertante)


Antonina: Io sono dichosa, etc...


Rafaello: Io sono dichoso, etc...


Salvador: io sono il pirata, etc...


Bonifacio: si viene per plata, etc...


Salvador:
Io sono un padre amante
venite a miei braccio
Rafaello, Bonifacio
y tu ponte ahí delante


(Se ubican los cuatro en una estampa familiar)


Coro:
Ya siamo tutti junti
tengamo una expansioni
andiamo a un bodegoni
ravioles a mangiar


Andian tutti in formazion
andian tutti a manducar
que al final de la función
ya vedrem qui pagará


Relator (en vivo): El gobierno de Grecia ha rehabilitado públicamente a Thales de Mileto y su teorema es de enseñanza obligatoria en todos los colegios de Esparta y en algunos de Atenas.




Fuente: Letra: Los Luthiers de la Web

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