PRIMERA PARTE
Marcos Mundstock: ¡Enhorabuena, doctor, lo felicito! Se está por concretar nuestro sueño de modificar el himno nacional.
Daniel Rabinovich: Por fin.
Marcos Mundstock: Se acaba de aprobar la creación de la Comisión de Mantenimiento y Actualización Permanente de la Canción Patria. La CMAPCP. Y usted y yo hemos sido nombrados miembros de honor de la misma.
Daniel Rabinovich: Es un gran orgullo para nosotros y un gran triunfo de nuestro partido, el Frente Liberal Estatista Lista Azul.
Marcos Mundstock: Viva el listazulismo, doctor.
Daniel Rabinovich: A partir de ahora el país cuenta con una nueva e importante comisión, un gran aporte para nuestras instituciones.
Marcos Mundstock: Es verdad, además usted y yo nunca habíamos estado en una comisión tan importante.
Daniel Rabinovich: Es cierto, hasta ahora siempre habíamos cobrado comisiones importantes.
(Marcos se pone nervioso y mirando de reojo al público trata de disimular)
Marcos Mundstock: ¡No, no diga eso, doctor! No, no. ¿Qué está diciendo? No, doctor, por favor... ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! Eh, ¡Qué ocurrente, doctor! Vea, respecto del músico a quien encomendarle las modificaciones al himno, he estado pensando...
Daniel Rabinovich: ¡Ah, lo felicito, doctor! Ja, ja, sano ejercicio.
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, qué ocurrente, doctor. He estado pensando que debía tratarse en principio de un músico simpatizante de los ideales de nuestro partido, en lo posible afiliado al mismo, digamos tiene que ser un músico adicto.
Daniel Rabinovich: Yo conozco varios músicos adictos. Yo justamente les conseguía...
Marcos Mundstock: ¡No, doctor! ¡Adicto a la causa!
Daniel Rabinovich: ¡Ja, ja! ¡Qué ocurrente, doctor!
Marcos Mundstock: Bueno, y también por supuesto tiene que tratarse de un músico sensible al gusto de las mayorías.
Daniel Rabinovich: Claro que sí, debe ser un compositor de éxito, un músico de calidad.
Marcos Mundstock: Sí, una de dos. Y vea... que... discúlpeme, doctor, ¿qué está haciendo?
(Daniel comienza a estirar las mangas de la camisa por debajo del smoking a la vez que se le va moviendo la rodilla adelante y atrás)
Daniel Rabinovich: ¿Eh?
Marcos Mundstock: ¿Qué está haciendo?, seré curioso...
Daniel Rabinovich: ¡Ah! Me levanto las medias.
(Daniel termina de "levantarse las medias" y comienza a colocar la pajarita)
Marcos Mundstock: ¿Y ahora?
Daniel Rabinovich: Me levanto...
Marcos Mundstock: ¡No me diga nada!
Daniel Rabinovich:... el moñito.
Marcos Mundstock: ¡Je, je, je! Eh... No yo... ¡je, je, je!
(Ambos comienzan a reírse cuando Marcos hace el gesto de que estaba pensando que era un truco de Daniel para levantarse otra cosa)
Daniel Rabinovich: ¡Ni así!
Marcos Mundstock: Bueno, volviendo al tema del músico para modificar el himno, vea me han hablado muy bien del maestro Mangiacaprini.
Daniel Rabinovich: Ah, es muy famoso.
Marcos Mundstock: Ah, ¿lo conoce?
Daniel Rabinovich: No.
Marcos Mundstock: Bueno, el asunto es que hablé con él por teléfono y nos espera en su casa.
Daniel Rabinovich: ¿En mi casa? ¡Es un intruso!
Marcos Mundstock: No, no doctor. En su casa de él.
Daniel Rabinovich: Ja, ja, ja, qué ocurrente, doctor. Vayamos a su casa de él. Ja, ja, ja. El maestro Mangiacaprini...
(Marcos y Daniel se quedan mirando al infinito mientras las luces se apagan y en el otro extremo del escenario un foco ilumina a Carlos Núñez Cortés, sentado ante el piano componiendo una canción)
Carlos Núñez Cortés:
Chiquilín picarón y dame el coscorrón. ¡Je, je!
Chiquilín picarón y dame el coscorrón.
Chiquilín picarón y dame el coscorrón...
y dame el coscorrón... y dame el coscorrón.
Te daré el coscorrón si me das el biberón. ¡Je, je!
(Suena el timbre de la puerta)
Carlos Núñez Cortés: ¡Ah, deben ser los políticos! ¡Sí, ya va, ya va! Sí. Adelante, adelante. ¡Je, je!
Marcos Mundstock: Maestro Mangiacaprini, mucho gusto. Yo soy el que habló con usted por teléfono.
Carlos Núñez Cortés: ¡Qué bien!
Daniel Rabinovich: Mucho gusto, maestro. Yo soy el que no habló con usted por teléfono.
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, ja
Daniel Rabinovich: Ja, ja, ja, ja
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, ja
Daniel Rabinovich: Ja, ja, ja, ja
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, ja, y le digo más: ¡Ju, ju, ju!
Daniel Rabinovich: Maestro Mangiacaprini, venimos en nombre del Frente Liberal Estatista Lista Azul. Como usted sabe acabamos de ganar por amplio margen las elecciones y hemos asumido el gobierno.
Carlos Núñez Cortés: Congratulaciones, caballeros.
Marcos Mundstock: Somos grandes admiradores de su trayectoria artística.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ah, ah! Bueno, la verdad es que...
Marcos Mundstock: Sobre todo una sobrina mía, fanática, tiene todos sus discos...
Daniel Rabinovich: Dígale a su sobrina que se los devuelva.
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, ja
Daniel Rabinovich: Ja, ja, ja, ja
Marcos Mundstock: Ja, ja, ja, ja
Daniel Rabinovich: Ja, ja, ja, ja, y le digo más: ¡Ajajaja!
Carlos Núñez Cortés: Yo les agradezco los elogios pero, ¿a qué debo el honor?
Daniel Rabinovich: Vea nuestro partido quiere encomendarle el himno nacional.
Carlos Núñez Cortés: ¡Pero si ya tenemos uno!
Daniel Rabinovich: Claro que sí pero queremos mejorarlo, modernizarlo. Vea, maestro Mangiacaprini, el Frente Liberal Estatista Lista Azul, el partido al que yo pertenezco desde que tengo uso de razón... o sea, desde que asumimos el gobierno... hemos formado una Comisión de Mantenimiento y Actualización Permanente de la Canción Patria, la CMAPCP, y hemos pensado en usted.
Carlos Núñez Cortés: Eh, yo les agradezco pero no sé si soy la persona indicada, no tengo la formación necesaria... La verdad, soy bastante inepto.
Daniel Rabinovich: Por eso lo hemos elegido... quiero decir porque necesitamos una persona joven, sin prejuicios.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ahhh!
Marcos Mundstock: Además, maestro, se le pagaría muy bien. Usted sabe que nuestro partido tiene mayoría en el parlamento, o sea que vamos a obtener una abundante partida presupuestaria para la tarea de la comisión. Eso quiere decir que si el doctor y yo lo recomendamos a usted para modificar el himno sus honorarios van a ser realmente elevados y, discúlpeme que se lo diga con cierta crudeza, por lo tanto a usted le conviene que seamos amigos...
Carlos Núñez Cortés: ¿Cómo?
Marcos Mundstock: Cuando digo amigos estamos hablando de un veinte por ciento...
Carlos Núñez Cortés: No, no, no. Un momentito, un momentito, caballeros, a ver si entendí bien. ¡Yo no puedo traicionar mi honestidad y mis principios! ¿Cómo les voy a dar el veinte por ciento de mis honorarios?
Daniel Rabinovich: ¡No, Mangiacaprini, claro que no!
Marcos Mundstock: Escuche, maestro. Tiene razón. ¿Pero por favor, por quién nos ha tomado?
Carlos Núñez Cortés: ¡Claro, claro!
Marcos Mundstock: ¿Cómo nos va a dar el veinte por ciento de sus honorarios? ¡El veinte por ciento es para usted!
Daniel Rabinovich: Y el noventa para nosotros.
Carlos Núñez Cortés: ¡No, no, pero no se trata de eso!
(Mientras discuten Marcos sujeta sus papeles con la barbilla para tener las dos manos libres e intentar comprender lo que le ha sonado extraño acerca del veinte por ciento de los honorarios para Mangiacaprini y el noventa por ciento para ellos, aunque al final desiste de comprenderlo al no salirle las cuentas)
Daniel Rabinovich: Sí, Mangiacaprini...
Carlos Núñez Cortés: Yo tengo una trayectoria... Escúcheme...
Daniel Rabinovich: Pero ya conocemos su trayectoria fehacientemente...
Carlos Núñez Cortés: No, no, no...
Daniel Rabinovich: Pero piense usted, maestro Mangiacaprini. No todo es oro lo que reluce...
Carlos Núñez Cortés: No se trata de eso...
Daniel Rabinovich: Piense usted por un momento que usted ganaría mucho prestigio.
Marcos Mundstock: Claro. Usted hasta ahora es muy famoso en la televisión, en las bailantas... Pero, si usted interviene en las modificaciones al himno, piense un poco: los acordes que usted escribió resonando en los actos públicos, en los desfiles, en las escuelas...
Carlos Núñez Cortés: ¿El himno nacional? Y, escúcheme, en el supuesto caso de que yo aceptara, ¿no? claro está... ¿Yo podría, digamos, intercalar en el himno algunos compases de... alguna... de mis cumbias?
(Daniel y Marcos se miran un momento sopesando la idea y Marcos finalmente asiente no muy convencido)
Daniel Rabinovich: Si no se nota demasiado...
(Carlos se levanta y comienza un monólogo intentando decidir qué debe hacer)
Carlos Núñez Cortés: ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? ¿Valdrá la pena traicionar los grandes ideales? ¿Cómo saberlo? ¿Qué me dirían si pudieran verme los grandes genios de la música? Beethoven, Ray Conniff, la Mona Giménez... Debo tomar una decisión. Aceptar el trato que me proponen o seguir como hasta ahora. Los solemnes acordes del himno nacional... o "Chiquilín Picarón"... ¡Qué terrible decisión! ¡Aceptar un trato inmoral para entrar en la Historia! Ya me parece escuchar desde el Más Allá a tantos grandes personajes: "¿No te da vergüenza?" "¡Debes seguir nuestro ejemplo!" "¡Debes aceptar!" Caballeros... ¡Acepto!
Daniel Rabinovich: Muy bien, Mangiacaprini.
Marcos Mundstock: Que alegría, maestro.
Daniel Rabinovich: Bienvenido a la CMAPCP.
(Carlos Núñez se limpia el ojo de una supuesta salpicadura de Daniel al pronunciar CMAPCP)
Marcos Mundstock: Maestro, acá está la partitura del himno para que ya vayamos viendo algunos cambios.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ah, sí, sí! Usted dirá, doctor, sí, usted dirá.
Daniel Rabinovich: Lo primero que hemos pensado en el seno de la Comisión es el tema de la juventud.
Carlos Núñez Cortés: Los jóvenes.
Daniel Rabinovich: También, los jóvenes también. Modificar el himno para hacerlo menos retórico y que la juventud se sienta más identificada con él.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ajá! Bueno, yo creo que si se trata de los jóvenes... la primera estrofa podría prestarse perfectamente.
Daniel Rabinovich: ¿Ah, sí?
Carlos Núñez Cortés: ¡Claro! "Hoy es futuro y es pasado, hoy es el antes y el después..." Creo que con una pequeña modificación hacia el final podríamos captar a los jóvenes.
Marcos Mundstock: Pero... ¿Y cómo sería? ¿Cómo quedaría?
Carlos Núñez Cortés: ¡Ah, sí, sí! Sería más o menos... A ver qué les parece, ¿no? Naturalmente siempre se puede...
(Carlos comienza a tocar los acordes del himno al piano y automáticamente los dos políticos se ponen en pie)
Carlos Núñez Cortés:
Hoy es futuro y es pasado
Hoy es el antes y el después
Hoy es libre nuestra patria
Hoy es, hoy es, ¡Ooohhhhh, YES!
(Carlos hace el gesto de tocar una guitarra eléctrica y se da la vuelta para ver a los dos políticos aún en pie sorprendidos y agradados por la improvisación del maestro)
Carlos Núñez Cortés: ¿Les gustó así?
Daniel Rabinovich: ¡Qué bárbaro!
Marcos Mundstock: ¡Fantástico, maestro! ¡Pero que... que... "poencia elocuética"!
Daniel Rabinovich: ¿Qué?
Marcos Mundstock: Eh... ¡Elocuencia poética!
Daniel Rabinovich: ¿Qué?
Marcos Mundstock: ¡Qué grande!
Daniel Rabinovich: ¡Ah, sí! Maravilloso, fantástico, ¿eh? Muy bien.
Marcos Mundstock: Eso que hizo el maestro para mí puede quedar...
Daniel Rabinovich: ¡Sí!
Marcos Mundstock: ¡Para mí queda!
Daniel Rabinovich: ¡Queda!
Marcos Mundstock: ¡Queda!
Daniel Rabinovich: ¡Queda!
Carlos Núñez Cortés: Tomen asiento.
Daniel Rabinovich: ¡Queda!
Marcos Mundstock: No, esto está fantástico para los adolescentes, para los jóvenes, pero habría que pensar también en los más pequeños.
Carlos Núñez Cortés: En los chiquititos, claro.
Marcos Mundstock: Sí, porque como yo siempre digo en mis conferencias, incluso lo he publicado en uno de mis libros: "Los que hoy son niños mañana serán hombres".
(Tras enunciar esta frase "lapidaria" Marcos se acomoda en la silla y comienza a poner poses haciendose el interesante, mientras Daniel y Carlos lo miran preguntándose lo que ha querido decir. Luego Daniel mira a Carlos como preguntándole si él lo entiende y éste se da la vuelta disimulando y se pone a escribir sobre el piano pensando en cómo modificar el himno para los más jóvenes. Daniel vuelve a mirar a Marcos)
Daniel Rabinovich: ¡Qué bárbaro! "Los que hoy son niños mañana serán hombres". Hay que tener coraje, ¿eh?
(Marcos hace el gesto de decir que lo pensó mucho antes de decirlo)
Daniel Rabinovich: No, no, la editorial, para publicarle el libro. "Los que hoy son niños mañana serán hombres". ¡Yo no lo entiendo! Debe ser una reflexión sesuda, ¿no?
Marcos Mundstock: Bueno, en fin. Se suda, se suda... cuando hace calor.
Daniel Rabinovich: ¡No, no! Me refiero "Los que hoy son niños mañana serán hombres". ¡Qué manera abrupta de crecer! ¡Hooop y ya está!
Marcos Mundstock: A ver cómo se lo explico... Es una metáfora.
(Marcos apoya su mano en el brazo de Daniel, y éste retira su silla para dejar un buen espacio entre ellos)
Carlos Núñez Cortés: ¡La batalla de Carachacumba!
Daniel Rabinovich: Se la ganamos a los españoles.
Carlos Núñez Cortés: No, no, no. Digo que la parte del himno que habla de la batalla de Carachacumba. Para los chiquititos, si le cambiamos unas palabritas yo creo que queda perfecto.
Daniel Rabinovich: ¡Qué buena idea!
Marcos Mundstock: Y cómo... ¿Cómo quedaría?
Carlos Núñez Cortés: Sería más o menos algo así:
Enemigos de la Patria huyendo vencidos van
al galope sus corceles, hico hico, tacatá-tán-tán
Y si algún fiero enemigo nuestras fronteras ataca,
resurgirá nuestro grito: ¡Malo, feo, enemigo, caca!
(Marcos y Daniel de nuevo se miran asombrados como si no tuvieran palabras)
Daniel Rabinovich: ¡Qué maravilla! ¡Qué maravilla! ¡Qué hermosa metáfora! Para mí puede quedar eso, ¿no?
Marcos Mundstock: Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.
Daniel Rabinovich: ¿Qué le parece?
Marcos Mundstock: ¡Que sí!
Daniel Rabinovich: ¡Queda! ¡Queda!
Marcos Mundstock: ¡Queda, queda! Bueno, en realidad falta lo más importante, lo que nos pidió el presidente de la nación, el Profesor Pedro Garcete.
Daniel Rabinovich: Bueno, el es el líder natural del listazulismo. Nos pidió deslizar en el final del himno un mensaje proselitista... sin que se note demasiado. Los ideales de nuestro partido, porque para nosotros es muy importante ganar las próximas elecciones, así podemos completar nuestra obra de gobierno.
Marcos Mundstock: O, por lo menos, iniciarla.
Daniel Rabinovich: ¡Qué ocurrente, doctor!
Daniel Rabinovich: Lo dejamos trabajando en el final. Mangiacaprini, bienvenido a la CMAPCP.
(Una vez más, Carlos se limpia el ojo)
Marcos Mundstock: Maestro, maestro... ¡MAESTRO!
Carlos Núñez Cortés: ¡Simpáticos los políticos! Bueno, así que esta gente vuelve mañana y yo tengo que deslizar en el final del himno un mensaje proselitista. ¡Qué compromiso, qué compromiso!
Fuente: Los Luthiers de la Web
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