Marcos Mundstock: Premio “Mejor Espectáculo Infantil”, es para... Diego Dalbés, por su comedia musical para niños “Valdemar y el Hechicero”. Felicitaciones Diego.
Carlos López Puccio: Muchas gracias.
Marcos Mundstock: Bueno, les tenemos una sorpresa reservada, Diego a traído a toda su compañía para representar aquí para nosotros, en esta hermosa fiesta de “Los Premios Mastropiero”, “Valdemar y el Hechicero”...
Carlos López Puccio: Si, es una comedia musical infantil de Mastropiero, escrita sobre una antigua leyenda celta, y que utiliza un instrumento muy especial, el “Alambique Encantador”.
Marcos Mundstock: Si, el “Alambique Encantador” es un instrumento, ya lo van a ver, fantástico, espectacular, pero Diego con su habitual modestia omite decir que la comedia se representa con una orquesta de 50 músicos. Aquí me informa que por un problema de traslado en la versión que veremos a continuación, la orquesta de 50 músicos, ha sido reemplazada por un dúo de laúd y flauta celta. Veamos pues, “Valdermar y el Hechicero”.
(En el bosque encantado. Entran el Príncipe Valdemar y el Trovador Mágico)
Jorge Maronna: ¡Hola Chicos!
El príncipe Valdemar
fue a rescatar a su amada,
al castillo del hechicero
que allí la tenía encerrada
Carlos López Puccio: ¡Hola chicos! Yo soy el príncipe Valdemar, y he venido hasta esta foresta encantada a rescatar a mi amada, la princesa Ginebra, del castillo del malvado hechicero. Cuando ese canalla la raptó yo me desesperé, pero por suerte el buen mago Merlín vino en mi ayuda. Merlín se me apareció y me dijo:
(Se ilumina Merlín, como un recuerdo)
Marcos Mundstock: Príncipe Valdemar, emprenderás un largo y peligroso viaje a través del bosque encantado. Mil millas te separan del castillo del malvado hechicero. Si logras llegar a él, mi magia te conferirá el poder de rescatar a una persona del castillo, pero... sólo a una.
Carlos López Puccio: ¿Sólo a una persona?
Marcos Mundstock: Mil millas: una persona. Dos mil millas: dos personas.
Carlos López Puccio: Ansío encontrarme contigo, ¡vil hechicero!
(En el castillo, aparece el Hechicero)
Daniel Rabinovich: ¡Hola chicos!
Yo soy el temible hechicero,
uno peor no van a encontrar
de mi siniestro castillo
nadie se puede escapar
Hace tiempo yo tenía
una apariencia diferente
pero un hechizo infernal
me transformó de repente
Sólo una noble princesa
con su amor y su inocencia
puede romper el hechizo
que transformó mi apariencia
Por eso rapto princesas tiernas,
que sean vírgenes y bellas,
aunque en estas épocas modernas
me conformo con que sean... bellas
(Aparecen, caminando, Valdemar y el Trovador)
Jorge Maronna: Dime príncipe, tu prometida, la princesa Ginebra, ¿es muy atractiva?
Carlos López Puccio: En el reino todos la llaman “90-60-90”
Jorge Maronna: ¡Sus medidas!
Carlos López Puccio: No, su teléfono. Todos la llaman.
Jorge Maronna: Pero ella solo te ama a ti...
Carlos López Puccio: La verdad es que Ginebra nunca se me entregó. Ginebra es una muchacha muy convencional. Pero hoy vengo decidido... ¡a violar la convención de Ginebra!
Jorge Maronna: Ya diviso la puerta del tétrico castillo. Debemos tener cuidado, ese hechicero es un ser amante de los vicios, de las orgías, de los placeres desenfrenados.
Carlos López Puccio: ¡Es un ídolo!
(Ante la puerta del castillo, aparece el Hechicero iluminado con luces y relámpagos)
Daniel Rabinovich: Bienvenido Príncipe Valdemar, sabía que vendrías, te estaba esperando
Carlos López Puccio: He venido a que me devuelvas a mi prometida, ¡entrégamela ya!, la magia de Merlín me permitirá sacarla de aquí
Daniel Rabinovich: Es verdad, percibo en ti la magia de Merlín que te permitirá sacar a una persona de mi castillo. Pero antes deberás ganarla. Un antiguo conjuro obliga a quienpretenda sacar a una persona de mi castillo a superar “La Prueba de los Tres Enigmas”. Si superas “La Prueba de los Tres Enigmas” te entregaré a tu amada ¿No es cierto chicos?
(El Trovador comienza a cantar la canción de la dulce voz de Ginebra)
Jorge Maronna:
Muy pronto has de escuchar
la dulce voz de tu amada
la débil Ginebra está cerca
y pronto será rescatada
(El Hechicero es interrumpido por la voz de Ginebra, que desde ahora se escuchará en off)
Daniel Rabinovich: amos a comenzar con el primero de...
Ginebra: ¡Hechicero! ¿Dónde estás?
Carlos López Puccio: ¡Es la voz de mi amada Ginebra!
Daniel Rabinovich: Comencemos con el primero de los tres enigmas, concéntrate bien...
Jorge Maronna:
Ya se alcanza a escuchar
la dulce voz de tu amada…
Ginebra: ¡Hechicero!, cuando te llamo quiero que aparezcas inmediatamente. ¡Este castillo es un asco! ¡Hoy no has hecho la limpieza!
Daniel Rabinovich: Vamos a comenzar con el primero de los tres enigmas...
Ginebra: ¡Hechicero!, ¡estoy harta de decirte que saques la basura más temprano!
Jorge Maronna:
La dulce voz de tu amada
de a poco nos va revelando
a una mujer apasionada...
...y con vocación de mando
Daniel Rabinovich: Vamos a comenzar con...
Ginebra: Te he dicho mil veces que no debes permitir que el dragón haga sus necesidades en el salón. ¡Animal asqueroso!
Daniel Rabinovich: ¡Es mi mascota!
Ginebra: No, el animal asqueroso eres tú.
Jorge Maronna:
La dulce voz de tu amada
tiene ese sonido tierno
tan útil para el gobierno
y para las fuerzas armadas
Daniel Rabinovich: El primero de los tres enigmas, concéntrate bien, no permitas que nada te distraiga…
Carlos López Puccio: ¿Sabes qué?... me voy
Daniel Rabinovich: Te la dejo en un solo enigma. ¿El sol sale por el este o por el oeste?... Puedes intentar hasta dos respuestas. (Hacia adentro, con voz cantarina) Ginebrita, mi amor, aquí vinieron a buscarte
Ginebra: ¡La que va a buscarte soy yo!, ¡desgraciado!
Daniel Rabinovich: Apresúrate que el príncipe se quiere ir
Carlos López Puccio: Sí, ya mismo...
Daniel Rabinovich: No, Valdemar, tú tienes la magia de Merlín, ¿puedes sacar a una persona del castillo?
Carlos López Puccio: Sí, pero...
Daniel Rabinovich: ¡Entonces sácame a mí! Yo seré un hechicero, pero esa es una bruja.
Carlos López Puccio: Pero, no puedes irte. Constituye “abandono de castillo”. Te va a reclamar alimentos
Daniel Rabinovich: ¿Más alimentos ? Desde que llegó no hace otra cosa que comer. Cuando vino pesaba 40 kilos, ahora pesa 80. Tengo miedo de que me acusen de bigamia. ¿Recuerdas que la llamaban “90-60-90”?
Carlos López Puccio: ¿Ya no la llaman así?
Daniel Rabinovich: Sí, pero en pulgadas.
Ginebra: ¡Hechicero, entra al castillo de una buena vez!
Daniel Rabinovich: No
Carlos López Puccio: ¿No tienes una pócima tranquilizante?
Daniel Rabinovich: Sí, todas las noches yo tomo una. Es que ella se cree irresistible, dice que es una mujer objeto. Creo que tiene razón: cada día se parece más a un sillón. Yo necesitaba a una joven que me amara para romper el hechizo.
Carlos López Puccio: ¿Que te amara? ¿Y no tienes una pócima afrodisíaca?
Daniel Rabinovich: No la puedo fabricar
Carlos López Puccio: ¿Por qué?
Daniel Rabinovich: Porque mi Alambique Encantador funciona manejado por cuatro hombres a la vez, y yo vivo con mi criado Caliburnus, somos dos.
Carlos López Puccio: ¡Pero ahora somos dos más!
Daniel Rabinovich: ¿Me ayudan? ¡Ahora somos cuatro! ¿No es cierto chicos? Podemos fabricar la pócima afrodisíaca. ¡Caliburnus!
Carlos Núñez Cortés: ¿Eh?
Daniel Rabinovich: Ven aquí (Caliburnus se acerca)
Carlos Núñez Cortés: Sí amo
Daniel Rabinovich: Les presento a mi criado Caliburnus
Carlos López Puccio: Que simpático
Daniel Rabinovich: Es muy inteligente
Carlos López Puccio: No parece
Daniel Rabinovich: ¡Caliburnus!
Carlos Núñez Cortés: Sí amo
Daniel Rabinovich: Condúcelos al alambique encantador.
Carlos Núñez Cortés: Sí amo
Daniel Rabinovich: Condúcelos
Carlos Núñez Cortés: Sí amo
Daniel Rabinovich: ¡Condúcelos!
Carlos Núñez Cortés: Sí... amo... amo pa’ allá
(En el laboratorio del Hechicero se descubre, con la luz, el instrumento)
Daniel Rabinovich: ¡He aquí el Alambique Encantador!
(El instrumento comienza a sonar y se canta la canción de la pócima)
Daniel Rabinovich: Vamos a fabricar la pócima afrodisíaca, ¿no es cierto chicos?
Coro:
¡Magia!, ayúdanos a crear la poción
y tal vez con ella brote la pasión
Daniel Rabinovich:
Los ingredientes de esta medicina
en orden preciso deben ser utilizados
Carlos Núñez Cortés: feromonas y ginseng,
Puccio + Maronna: vaselina,
Daniel Rabinovich: un grano de pimienta y colorantes autorizados
(Daniel va poniendo los ingredientes en el alambique)
Coro:
¡Magia!, ayúdanos a crear la poción
si no ayudas perderemos la ocasión
Daniel Rabinovich:
Antioxidantes, una almendra rancia
tintura de cantáridas que le dará fragancia
Carlos Núñez Cortés: polen y jalea real
Puccio + Maronna: una nuez moscada
Daniel Rabinovich:
un cuerno de unicornio y cinco gramos de excitantes...
¡de excipientes!
Coro:
El afrodisíaco casi está completo
solo falta el ingrediente más secreto
Este ingrediente incrementa su eficacia
le agregamos esta mágica sustancia:
¡Viagra en abundancia!
Daniel Rabinovich: ¡Hela aquí! ¡La pócima afrodisíaca!
(El copón va pasando de mano en mano)
Carlos López Puccio: ¡Espectacular!
Jorge Maronna: ¡Exquisita!
Carlos Núñez Cortés: ¿A ver?... (bebe, y queda medio en trance)
Daniel Rabinovich: ¡No!, ¡Se bebió la poción!
Jorge Maronna: ¿Y ahora qué pasará?
Daniel Rabinovich: Ahora se va a enamorar del primer ser humano que vea.
(Segundos de silencio... se miran, y de pronto salen todos corriendo despavoridos. Se esconden detrás del instrumento. Caliburnus sale del trance al escuchar la voz de Ginebra)
Ginebra: Caliburnus, ¿qué haces? ¿qué llevas en esa copa? ¡ven aquí!
Carlos Núñez Cortés: Sí, señora Ginebra... ¡Señora Ginebra!... (hace mutis hacia Ginebra)
(Todos se van asomando y miran estupefactos hacia adentro)
Ginebra: (autoritaria) ¿No será licor, no? ...déjame probarlo. (Ginebra se bebe la pócima) Caliburnus, bésame aquí de inmediato..
Daniel Rabinovich: ¡No escuchen chicos!... ¿Sabés qué pasa Valdemar? Mi problema con la convivencia fue la ginebra... ehhh... mi problema con Ginebra fue la convivencia. ¿Viste que las parejas pasan de una primera etapa de pasión, a una segunda etapa de rutina, hasta una tercera etapa de cierto aburrimiento... rechazo... asco psicofísico...? Nosotros comenzamos por la tercera etapa. Yo necesitaba una joven que me amara para romper el hechizo que hace siglos transformó mi apariencia
Carlos López Puccio: Pero....¿qué apariencia tenías?, ¿eras un dragón?, ¿un animal mitológico?
Daniel Rabinovich: No, era igual que ahora, pero joven, flaco y elegante. ¡Vamos Valdemar, sácame ya de aquí!
(ataca música)
Daniel Rabinovich:
La moraleja aquí obtenida
es muy sencilla y edificante:
“Hay que buscar el amor en la vida
porque el amor es lo más importante”
¿No es cierto chicos?
Carlos López Puccio:
No hay otra cosa que venga antes
no hay otra cosa que quiera tener
porque el amor es más importante
que las riquezas y que el poder
¿No es cierto chicos?
Rabinovich + Puccio: (se miran) ¡No es cierto, chicos!
Fuente: Los Luthiers de la Web
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