Marcos Mundstock: Mastropiero, cansado de componer para minorías aceptó el encargo de una canción para la convención de admiradores de Miles Flannagan, distinguido odontólogo de Nebraska, homenaje al cual acudieron miles… eh, perdón, Miles Flannagan y tres personas más. A partir de ese momento Mastropiero se volcó francamente hacia la música masiva. La música masiva, escribió, es más que música, es música más IVA. Pronto comenzó a componer música incidental para conocidas series de televisión como por ejemplo la serie “Hospital de urgencias”, la que narra la vida cotidiana de un equipo… de fútbol americano, y también “El escuadrón canino”, aventuras de los perros adiestrados de la policía y la mascota del escuadrón, el subteniente Johnson. Se recuerda su música para la serie policial sobre el teniente Stanley y el sargento Morrison titulada “Deber imposible”, rebautizada por los críticos “Imposible de ver”. A continuación y finalizando este recital presentaremos de dicha serie el episodio “¿Quién mató a Tom McCoffee? La escena, en un local nocturno de Manhattan donde una pianista negra canta las desdichas que sufrió en su infancia.
Carlos Núñez:
A veces me pregunto
Si de niña yo fui feliz
En casa éramos muy unidos
Vivíamos en un triste cuartucho
Once hermanos, quince primos, el gato y una tia
La tía del gato
También mi madre, mi padre y mi padrastro
Una perra enorme y su cachorro
El hijo de la gran perra
Todos en el mismo cuartucho
En casa éramos muy unidos
Todos me maltrataban, me maltrataban
Mi único amigo era el cachorro
Dormía en mi cama, comía de mi plato
Me ladraba, me mordía, me orinaba
El hijo de la gran perra
Jorge Maronna: Es inútil, amigos, ella no puede verlos. Es completamente ciega
Marcos Mundstock: Oye negra, eh, tú, negra!
Jorge Maronna: Es inútil, amigos. Ya le dije que es ciega… ella no sabe que es negra. Ella cree que es hija de polacos. Oye, te buscan, María Wrocluvsky!
Marcos Mundstock: Oye, María, somos el teniente Stanley y el sargento Morrison de Homicidios. Dime, ¿conoces a Tom McCoffee? Saxofonista, autor de canciones…
Carlos Núñez: Sí, pero yo no lo maté.
Marcos Mundstock: ¿Y como sabes que lo mataron?
Carlos Núñez: Eh, ah, ja, ja, ja, claro, cómo…porque todavía no sé…Muy bueno eso tenien… cómo sé… cuál…cuando… eh… ¡Así que lo mataron!
Marcos Mundstock: Lo encontraron muerto, envenenado con cianuro. Para colmo, cianuro en mal estado.
Carlos Núñez: Cielos.
Marcos Mundstock: ¿Lo conocías o no lo conocías?
Carlos Núñez: Sí, cómo no lo voy a conocer si ese hombre… ese hombre era mi marido. ¡Oh, pobre Tom, ya no compondrás más canciones para que tu nena las cante! ¡Buahhhh!
Marcos Mundstock:¡Vaya, vaya!… Qué hace?
Carlos López Puccio: ¡Vaya vaya!
Marcos Mundstock: No, es una forma de decir, una expresión idiomática, empléase para denotar sorpresa u ofuscación. Algo le causa sorpresa y usted dice: ¡Vaya, vaya! ¡No, no, lo dice…!
Carlos Núñez: Sniff, sniff, buahhh
Marcos Mundstock: Dime…
Carlos Núñez: Sí, teniente
Marcos Mundstock: Dime María
Carlos Núñez: Sí, teniente María
Marcos Mundstock: Tú cantas canciones de tu difunto esposo
Carlos Núñez: Efectivamente, algunas de ellas las compuso pensando en mí, como por ejemplo “Profunda repugnancia”, “Vieja mula borracha” y esa tan bonita que me decicó titulada “Despertar a tu lado, nena”, y que dice así: ¡¡¡AAAHHH!!!
Marcos Mundstock: Y dime, ¿tienes idea de quien pudo haber asesinado a Tom McCoffee?
Carlos Núñez: Sí, debe haber sido el maldito mafioso Rizos Negros. La última vez que estuve con Tom Rizos Negros estaba con él. Ese perfume, el perfume que usaba Rizos Negros no podré olvidarlo mientras viva, teniente, Tom estaba algo raro ese día, me saludó brevemente y me dijo por lo bajo: ¿Sabes, nena?, alguien quiere matarme y no confío en Rizos Negros.
Marcos Mundstock: ¡Vaya, vaya! ¡No, no!
Marcos Mundstock: ¡Oye, tú! ¡Sí, tú el del violín! Creo que te conozco, dime ¿tienes antecedentes penales?
Jorge Maronna: Sí, creo que sí.
Marcos Mundstock: ¿Cómo “creo” que sí?
Jorge Maronna: Lo que pasa es que estuve preso diez años por violar la luz roja.
Marcos Mundstock: ¿Diez años sólo por eso?
Jorge Maronna: Luz Roja era hija de un cacique comanche.
Marcos Mundstock: ¿Con que Tom McCoffee tocaba con ustedes?
Jorge Maronna: Sí, creo que sí ¡Tom McCoffee, ya nadie tocará como tú!
Carlos Núñez: ¡Ya no compondrás más canciones!
Marcos Mundstock: ¿Y tú cómo te llevabas con Tom McCoffee?
Jorge Maronna: ¿Yo? Bien, bien, creo que bien, sí. Más o menos. Pero el que se llevaba muy mal con Tom era ese tipo, Rizos Negros. Usted sabe, teniente. Rizos Negros nos conseguía mercancía.
Marcos Mundstock: ¡Ah, les vendía coca!
Jorge Maronna: Sí, sí, sí, y a veces también…¡Pepsi!
Marcos Mundstock: Oye, ¿no habrás sido tú el que mató a Tom McCoffee?
Jorge Maronna: No, creo que no.
Marcos Mundstock: ¡Vaya…! ¡Caramba, caramba!
Marcos Mundstock: Oye, tú, el de los… El de los… El de los bigotes. ¿Qué hacías el veintitrés de agosto a las 3:15 p.m.?
Daniel Rabinovich: Estaba bebiendo whisky en el bar de Mary Pipe.
Marcos Mundstock: ¿Y cómo lo puedes recordarlo tan exactamente?
Daniel Rabinovich: Porque siempre estoy bebiendo whisky en el bar de Mary Pipe.
Marcos Mundstock: ¿Y por qué bebes tanto?
Daniel Rabinovich: Para olvidar una traición.
Marcos Mundstock: ¿Qué traición?
Daniel Rabinovich: Ya no me acuerdo. ¿Vio que da resultado, teniente?
Marcos Mundstock: Oye, ¿Tienes idea de quién pudo haber asesinado a Tom McCoffee?
Daniel Rabinovich: Ideas, de lo que se dice ideas, hace mucho que no tengo, sólo sé que le debía dinero a Rizos Negros. Así que, ¿mataron a Tom? Debe ser por eso que no venía más por aquí ¡Tom, hermano…Tommy, hermani…! Ya no escucharemos el sonido de tu instrumento
Jorge Maronna: ¡Ya nadie tocará como tú!
Carlos Núñez: ¡Ya no compondrás más canciones! Snif, Snif, Snif, Snif, ¿Snif? ¿Snif? ¡El perfume de Rizos Negros!
Marcos Mundstock: ¿Dónde, María?
Carlos Núñez: ¡Aquí, teniente, lo huelo!
Marcos Mundstock: ¿Dónde, dónde?
Carlos Núñez: ¡El perfume de Rizos Negros!
Marcos Mundstock: ¡Busca, busca!
Carlos Núñez: ¡El perfume! ¡El perfume, teniente, el perfume! ¡Este es el hombre!
Marcos Mundstock: ¡Sit! Sargento Morrison, debo cumplir mi obligación., quiero que se pruebe esto. ¡Lo que me temía, le queda perfecta! Usted es Rizos Negros, ¡usted mató a Tom McCoffee!
Carlos López Puccio: ¡Vaya, vaya!
Carlos Núñez: ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Los engañamos! ¡El teniente se creyó todo! ¡Se creyó que yo era ciega, el perfume, Rizos Negros!
Daniel Rabinovich: Se creyó que eras pianista, también.
Carlos Núñez: ¡Oh, Tom McCoffee, ya no compondrás más tus canciones… espantosas!
Daniel Rabinovich: ¡Ya no oiremos el sonido de tu instrumento… horroroso!
Jorge Maronna: ¡Ya nadie nunca nadie tocará como tú!
Todos: ¡Tan desafinado!
Tom McCoffee, te matamos
Fuimos nosotros los que te envenenamos.
Y la peluca, al sargento
En el bolsillo le colocamos
Pues nosotros pobrecitos
Todo, todo lo soportábamos
Tu instrumento, tus canciones
Y además tus desafinaciones
Y si fuimos criminales
Los motivos son musicales
Que finado tan desafinado
Descansa en paz
Descansa en paz
Descansa en paz
Para bien, para bien del jazz.
Fuente: Los Luthiers de la Web
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