Introducción (Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich y Ernesto Acher):
Marcos Mundstock: Esta noche, continuando con el ciclo de conciertos del mastropierum argentino, escucharemos, de Johann Sebastian Mastropiero, su trío opus 115.
Ernesto Acher: Opus 115 según Hoffmeister, según Kreutzer es opus 109.
Marcos Mundstock: Claro, pero se adopta el 115 porque…
Daniel Rabinovich: Sí, según Kreutzer sí, según Glokenkrantz es opus 117.
Marcos Mundstock: Claro, está bien… pero os equivocás… 115…
Los tres se pierden en una discusión intranscriptible en la que hablan todos a la vez discutiendo qué opus es el verdadero. Tras medio minuto de discusión Marcos calla a los dos y dice:
Marcos Mundstock: Más de cien era.
Los tres descruzan las piernas y simultáneamente las cruzan hacia el otro lado.
Marcos Mundstock: Este trío ha sido compuesto para latín, cellato y piano.
Daniel Rabinovich: No, para latín, piano y cellato.
Marcos Mundstock: Perdón, y ¿cuál es la difference?
Daniel Rabinovich: Es una diferencia de orden, es una típica diferencia “ordeica”. El trío es para latín, piano y… permiso, cellato.
Marcos Mundstock: Con ese criterio también se puede decir que es para… permiso: Cellato, piano y latín.
Ernesto Acher: Y con ese criterio podría ser para cellato, latín, piano y permiso.
Los tres vuelven a cruzar las piernas para el otro lado. Ernesto se da cuenta de su error, le entra la risa y se tapa la boca. Marcos, curioso, le destapa la boca y Ernesto vuelve a reírse de nuevo. Daniel le dice:
Daniel Rabinovich: ¡Déjalo tapado!
Marcos Mundstock: La versión que escucharemos esta noche estará a cargo del afamado trío Euterpe.
Daniel Rabinovich: Euterpessss.
Marcos Mundstock: No, no, Euterpe.
Daniel Rabinovich: Euterpessss. Es un trío…
Marcos Mundstock: No, no, mon cher amí. Euterpe, como la musa.
Daniel Rabinovich: Euterpessss, como Aristótelesss, Eurípidesssss, albóndigassss, Platonssss, platons de albondigas…
Vuelven a cruzar a la vez las piernas en sentido contrario los tres a la vez.
Marcos Mundstock: Dentro de la producción de Mastropiero, este trío se inscribe en lo que podríamos denominar su período medio.
Ernesto Acher: ¿Medio qué?
Marcos Mundstock: Período medio, dentro de…
Ernesto Acher: No me diga nada, un período medio…
Marcos Mundstock: No, la obra de Mastropiero a los fines de su estudio se divide en período medio, período temprano y período tarde.
Daniel Rabinovich: Medio tarde.
Daniel cruza las piernas para el otro lado y los tres se quedan mirando. Todos cambian las piernas de lado otra vez simultáneamente, con lo que Daniel vuelve a estar diferente de los otros. Al siguiente intento Acher se queda con una pierna en el aire y Marcos para disimular comenta:
Marcos Mundstock: Es una… posición yoga.
Ernesto Acher: No, es una posición incómoda.
Marcos Mundstock: Las obras musicales…
Ernesto deja caer la pierna interrumpiendo a Marcos.
Marcos Mundstock: Las obras musicales, como todas las obras de arte, nunca están disociadas de la época histórica en que han sido compuestas.
Daniel Rabinovich: Salvo ésta. En realidad, este trío, no se sabe bien si es un dúo ampliado o un cuarteto reducido. Muchas veces mis alumnos, mis profesores, mis colegas… mis alumnos más bien, me preguntan si esta afasia contrapuntística en la temática de Mastropiero imbrica la totalidad intrínseca de su producción en tanto causa efecto en la consecuencia posterior, o más bien como consecuencia posterior en una causa efecto anterior, epónima, inmarcesible, fáctica o utsupra. Yo siempre les contesto que no.
Marcos Mundstock: ¿Que no qué?
Daniel Rabinovich: Que no sé.
Marcos Mundstock: Perdón, ¿se puede saber alumnos de qué?
Daniel Rabinovich: ¡Basket!
Ernesto Acher: Yo creo que eeeeheeeeee…. eeehhhhhhheeeee……..ehhhhhhhhhe…… en este trío, se podría señalar por el manejo melódico que Mastropiero nunca fue audaz.
Marcos le recrimina en voz baja que critique a Mastropiero delante de la audiencia, por lo que Ernesto consulta la chuleta que lleva en el interior de la chaqueta y rectifica.
Ernesto Acher: ¡Que siempre fue audaz! Es más, de toda su producción, esta es su obra más espantosa.
Marcos le vuelve a recriminar, vuelve a consultar la chuleta y dice:
Ernesto Acher: ¡Espontánea!
Daniel busca en su chaqueta algo para leer, y dice:
Daniel Rabinovich: ¡Sastería Chivilcoy!
Marcos Mundstock: No, no, no… qu’est que vous dit, monsieur!
Daniel Rabinovich: “Chivilcuá”… en inglés.
Marcos Mundstock: Según la opinión de los musicólogos más conspicuos…
Ernesto Acher: ¿Más qué?
Marcos Mundstock: Conspicuos.
Ernesto Acher: Aahhh.
Daniel Rabinovich: ¿Qué es conspicuos?
Marcos Mundstock: Eh… bueno… según la opinión de los musicólogos más conspicuos quiere decir que… más… uhh… eh… no, porque… sí, dícese también de… ehhh… a ver… no, por que también es… viene a ser una… eh… según la opinión de los musicólogos más conspicuos…
Viendo que ambos lo miran atentamente y que Daniel no aguanta la risa por haberlo puesto en evidencia, Marcos decide rectificar.
Marcos Mundstock: Según la opinión de algunos musicólogos… pertenecientes a los más afamados cenáculos…
Ernesto Acher: ¿Los qué?
Marcos Mundstock: Cenáculo, que es el lugar donde cenan los…
Ambos sueltan una carcajada, y Marcos para no volver a quedar en evidencia afirma:
Marcos Mundstock: ¡Los conspicuos!
De todas formas no logra su objetivo y Daniel y Ernesto se siguen riendo.
Daniel Rabinovich: ¡Ja, ja, ja, ja!… había escuchado gansadas, pero eso…
Daniel se levanta de la silla partiéndose de risa y sale del escenario, dejando solos a Marcos y Acher. Ante la mirada seria de Marcos, Ernesto se aguanta la risa y guarda la compostura.
Marcos Mundstock: No hay duda…
Ernesto Acher: ¿No? Enseguida le traigo…
Ernesto se levanta y se va dejando solo a Marcos, el cual se empieza a poner nervioso, cruza las piernas y le pega una patada al micrófono, tras lo cual trata de simular normalidad.
Marcos Mundstock: Bien, escucharemos a continuación, en versión del trío Euterpe, de Johann Sebastian Mastropiero, su… su trío opus más de cien.
Tras la presentación señala el lugar donde deberían estar los integrantes del trío, pero allí no hay nadie. Por fin Marcos se hunde y empieza a pensar en salir de escena como sea. Disimuladamente (es un decir, claro), se va moviendo hacia su derecha, descruza las piernas, se pasa al asiento de su derecha y se estira hacia el extremo del escenario, donde por fin aparece una mano que tira de él y lo saca de tan incómoda situación.
Fuente: Los Luthiers de la Web
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