Marcos Mundstock: A continuación escucharemos una canción típica del folclore argentino, recopilada por un gran investigador y antropólogo: el licenciado Gustavo Pérez y Alonso. Como buen científico, Pérez y Alonso cultivaba la duda filosófica, se cuestionaba todo constantemente, cultivaba la duda; sin ir más lejos, firmaba sus libros en vez de "Pérez y Alonso", "Pérez o Alonso". Leemos en uno de los ensayos de este autor: El estudioso debe dudar siempre. A veces, sin embargo, después de dudar demasiado ante algún detalle, me invade una sensación de inoperancia, de ineficacia... más bien de inoperancia... o de ineficacia. Y aquí, sigue diciendo Pérez y Alonso, formulo tres interrogantes; uno: "¿la duda significa un estímulo para la indagación, o un obstáculo inhibitorio?"; dos: "en tanto herramienta filosófica, ¿es epistemológicamente plausible, o implica un eufemismo agnóstico?" y tres: "perdón, ¿de qué estábamos hablando?". Los discípulos de Pérez y Alonso lo recordarán siempre anotando en su cuaderno la canción que entonaba esa anciana de 108 años, a quien él mismo había encontrado en una de sus tantas excavaciones arqueológicas. O también, en el ejercicio de la duda, al bautizar esa misma canción vacilando entre dos posibles títulos: "Añoranzas" y "Nostalgias". Les Luthiers interpretarán ahora esa misma canción; lleva por título "Añoralgias". Esta zamba es el reiterado lamento del que ha debido abandonar su terruño y lo evoca con la emoción de la distancia.
Carlos Núñez Cortés:
Yo canto porque me gusta
y soy hombre de valor.
A "naide" tengo temor
ni cosa alguna me asusta
porque ¡¡¡Aaaaahhhhh!!!
(Se asusta por la supuesta aparición de una araña)
Carlos Núñez Cortés: ¡Primera!
Coro: Esta zamba canto a mi tierra distante
Cálido pueblito de nuestro interior
Tierra ardiente que inspira mi amor
Daniel Rabinovich: Gredosa, reseca de sol calcinante
Coro: Recordando esa tierra quemante
Resuena mi grito: ¡Qué calor!
Coro: Cómo te recuerdo mi lindo pueblito
Con tu aire húmedo y denso de día
Noches cálidas de fantasía
Daniel Rabinovich: Pobladas de magia, de encanto infinito
Coro: Y el cantar de tu fresco arroyito
Salvo en los diez meses de la sequía.
Coro: Siempre fue muy calmo mi pueblo adorado
Jorge Maronna: Salvo aquella vez que pasó el huracán
Coro: Viejos pagos, qué lejos están
Daniel Rabinovich: Mi tierra querida, mi dulce poblado
Carlos Núñez Cortés: ¡Bueno!
Coro: Tengo miedo de que hayas cambiado
Después de la última erupción del volcán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Segunda!
Coro: Tierra que hasta ayer mi niñez cobijabas
Siempre te recuerdo con el corazón
Aunque aquel arroyito dulzón
Daniel Rabinovich: Hoy sea un hirviente torrente de lava
Coro: Que por suerte a veces se apaga
Cuando llega el tiempo de la inundación.
Coro: Los hambrientos lobos aullando estremecen
Cuando son mordidos por fieros mosquitos
No se puede dormir por los gritos
Daniel Rabinovich: De miles de buitres que el cielo oscurecen
Coro: Siempre algún terremoto aparece
Y al atardecer llueven meteoritos.
Coro: Y si a mi pueblito volver yo pudiera
Jorge Maronna: A mi viejo pueblo al que no he regresado
Coro: Si pudiera volver al poblado
Daniel Rabinovich: Que siempre me llama, que siempre me espera
Carlos Núñez Cortés: ¡Se acaba!
Coro: Si a mi pueblo volver yo pudiera
¡No lo haría ni mamado!
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