viernes, 25 de mayo de 2012

83. Marcha de la conquista (Marcha forzada)


(Se encienden las luces y se ve a Carlos Núñez tocando el Órgano de Campaña detrás de un panel, por lo que sólo se le ve de cintura para arriba. Comienza a sonar la voz de Marcos Mundstock en off)


Marcos Mundstock: Este instrumento que estamos viendo es un Órgano de Campaña. Su invención se debe al mariscal francés Édouard de la Pucelle; de la Pucelle era originalmente jefe de artilleros pero, por culpa de los desastrosos errores estratégicos que cometía, fue trasladado por el alto mando a la superintendencia de música militar. Allí se dedicó entusiastamente a componer marchas para el ejército. El alto mando, luego de escucharlas, optó por destinarlo nuevamente a la artillería. Sin embargo, de la Pucelle alcanzó a imponer el uso del Órgano de Campaña, sin duda gracias a la facilidad de traslado de dicho instrumento. 


(De repente se levanta el panel de camuflaje que tapa las piernas de Carlos Núñez y queda al descubierto la parte inferior del instrumento, con los fuelles en los pies y los conductos que llevan el aire de los fuelles a la mochila donde está situado el órgano. Carlos Núñez comienza a andar y se da una vuelta por el escenario sin dejar de tocar ante el asombro del público que comienza a aplaudir)


Marcos Mundstock: Les Luthiers iniciarán el presente recital con “Marcha de la Conquista”, de Édouard de la Pucelle. De todas sus marchas esta es la única que se ha conservado, gracias a su originalidad, gracias a su insólita temática… y gracias a Dios.


(Se encienden las luces del escenario y comienzan a sonar los demás instrumentos, mientras los otros cinco Luthiers entran a escena con sus instrumentos informales)


Marcos Mundstock: En lo más profundo de mi pecho un solemne sentimiento vive ya. Sentimiento de lealtad, y de respeto, que en este grito de mi boca brotará: ¡Te amo, María Cristina!




Todos:
Siempre guardo el recuerdo de aquel día, 
aunque nunca comprendí lo que ocurrió. 
Mi amor le declaré a María
y ella entonces se ofendió.


Caminábamos por un bosquecillo, 
alegres cantaban los pajarillos
Pío, pío.


Carlos Núñez Cortés:
Saltamontes, abejas y cigarras, 
Gusanillos, luciérnagas y grillos, 
Abejorros, libélulas, mariposas…


Todos:
Revoloteaban en torno a nuestro afecto.
Y le dije con voz temblorosa:
“¡Este sitio está lleno de insectos!”


Dulcemente le pedí que se acercara, 
su mirada desvió tímidamente, 
y, para lograr que me mirara, yo le dije:


Marcos Mundstock: ¡Vista al frente!
Todos:
Era hermoso caminar enamorados…
¡Un, dos, un, dos!
¡Quier, deré, quier, deré!
¡Quier, quier, te quier, te quier… te quier much!
Con intensa pasión le dije entonces:


Marcos Mundstock: ¡Abrázame! Con la tarea indicada ¡comenzar!
Todos: Y María obedeció tiernamente
Marcos Mundstock: ¡Besadme, hacedlo... ya!
Todos:
Nunca pude comprender lo que ocurrió, 
y por eso mi relato aquí se cierra, 
nunca supe por qué causa se ofendió, 
cuando le dije, cuando le dije…
¡¡¡Cuerpo a tierra!!!




Fuente: Los Luthiers de la Web

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