domingo, 20 de mayo de 2012

31. Tristezas del Manuela (Blues)

Ernesto Acher:
Uno de los fenómenos más curiosos de la historia del Manuela fue el paso por sus aulas del desconcertante Johnny Littlebang. De tez oscura, de mirada hosca, muy afecto a la goma de mascar... Littlebang, con sus poderosas manos, extraía del piano curiosas sonoridades. Estuvo a punto de romper los cánones del Manuela... y los tímpanos de Mastropiero. Este último, imposibilitado de clasificarlo en ninguna de las corrientes musicales conocidas, y horrorizado por sus instrumentaciones poco ortodoxas, Mastropiero estuvo a punto de expulsar a Littlebang del Manuela, pero decidió retenerlo pues le era imprescindible para la ejecución de su nueva obra en gestación: el gran concierto para bombardino y 24 pianos. Eso sí, dada la irrefrenable manía de Littlebang de marcar el ritmo con los pies, Mastropiero ordenó enyesárselos. Pero, a pesar de ésta y otras precauciones más, sucedieron cosas terribles y la culminación de ellas fue lo que sucedió en uno de los últimos ensayos de la obra, más exactamente, en la reexposición del tema del tercer movimiento, cuando la obra llegaba a su pathos, a un milagroso clima de profundidad y éxtasis, en ese momento se escuchó un furibundo "¡yeah!, ¡yeah!", que por supuesto no estaba en la partitura y que provenía de la garganta de Littlebang. Mastropiero sufrió un colapso , no quiso saber más nada de esa obra y vendió a Littlebang como esclavo a una finca del sur de los Estados Unidos. Una vez llegado al Mississippi, Littlebang eh.... bueno, pero esa es otra historia.


El conjunto de instrumentos informales Les Luthiers interpreta a continuación, del malogrado Johnny Littlebang, "Tristezas del Manuela", Opus 28.





Fuente: Los Luthiers de la Web

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